Cómo se escribe.org.es

La palabra pecado
Cómo se escribe

la palabra pecado

La palabra Pecado ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
El Señor de Leopoldo Alas «Clarín»
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
El príncipe y el mendigo de Mark Twain
Niebla de Miguel De Unamuno
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece pecado.

Estadisticas de la palabra pecado

Pecado es una de las palabras más utilizadas del castellano ya que se encuentra en el Top 5000, en el puesto 4442 según la RAE.

Pecado tienen una frecuencia media de 20.54 veces en cada libro en castellano

Esta clasificación se basa en la frecuencia de aparición de la pecado en 150 obras del castellano contandose 3122 apariciones en total.


la Ortografía es divertida


El Español es una gran familia

Algunas Frases de libros en las que aparece pecado

La palabra pecado puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 908
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Un estremecimiento de las entrañas de la tierra había conmovido un día al mundo antiguo. Los árboles gimieron en los bosques, agitando sus melenas de hojas, como plañideras desesperadas; un viento fúnebre rizó los lagos y la superficie azul y luminosa del mar clásico que había arrullado durante siglos en las playas griegas los diálogos de los poetas y los filósofos. Un lamento de muerte rasgó el espacio, llegando a los oídos de todos los hombres. «_¡El gran Pan ha muerto!..._» Las sirenas se sumergieron para siempre en las glaucas profundidades, las ninfas huyeron despavoridas a las entrañas de la tierra para no volver jamás, y los templos, blancos, que cantaban como himnos de mármol la alegría de la vida bajo el torrente de oro del sol, se entenebrecieron, sumiéndose en el silencio augusto de las ruinas. «Cristo ha nacido», gritó la misma voz. Y el mundo fue ciego para todo lo exterior, reconcentrando su vista en el alma; y aborreció la materia como pecado vil, y oprimió los sentimientos más puros de la vida, haciendo de su amputación una virtud. ...

En la línea 1619
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Luego habló de María de la Luz. Había pecado gravemente y tenía mucho de qué arrepentirse. Podía servirle de excusa ante Dios su estado extraordinario, su falta de voluntad; pero la embriaguez no era una virtud, y el pecado carnal, pecado era... Había que salvar el alma de la infeliz, facilitarla los medios pura que ocultase su vergüenza. ...

En la línea 1619
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Luego habló de María de la Luz. Había pecado gravemente y tenía mucho de qué arrepentirse. Podía servirle de excusa ante Dios su estado extraordinario, su falta de voluntad; pero la embriaguez no era una virtud, y el pecado carnal, pecado era... Había que salvar el alma de la infeliz, facilitarla los medios pura que ocultase su vergüenza. ...

En la línea 1619
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Luego habló de María de la Luz. Había pecado gravemente y tenía mucho de qué arrepentirse. Podía servirle de excusa ante Dios su estado extraordinario, su falta de voluntad; pero la embriaguez no era una virtud, y el pecado carnal, pecado era... Había que salvar el alma de la infeliz, facilitarla los medios pura que ocultase su vergüenza. ...

En la línea 7976
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -¿Sabéis -dijo Porthos-que retorcerle el cuello a esa maldita Milady sería un pecado menor que retorcérselo a estos pobres diablos de hugonotes, que nunca han cometido más crímenes que cantar en francés salmos que nosotros cantamos en latín?-¿Qué dice el abate a esto? -preguntó tranquilamente Athos. ...

En la línea 9275
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... He reflex ionado que no debo hacerme nunca culpable de semejante pecado. ...

En la línea 862
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Algunos viven en pecado con las hijas del Nazareno, porque somos una casta depravada, ¡oh _Tsadik_!, y no guardamos los preceptos de la ley. ...

En la línea 864
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Nuestros _chenourain_ son lugares infectos, y nuestros doctores están como nosotros presos en el _galoot_ del pecado. ...

En la línea 871
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Desdeñan las amenazas de los santos profetas contra los hijos del pecado, y tiemblan al oír una palabra cabalística pronunciada por alguno que quizás los aventaja en infamia; como si, según se ha hecho notar acertadamente, Dios fuese a delegar el ejercicio de su poder en los fautores de la iniquidad. ...

En la línea 3560
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... ¿De qué aprovechan la solemne música, los nobles cánticos, el incienso de suave olor? ¿De qué aprovecha arrodillarse ante aquel altar mayor, todo de plata, coronado por una estatua con sombrero de plata y armadura, emblema de un hombre que, si bien apóstol y confesor, fué todo lo más un servidor inútil? ¿De qué aprovecha esperar la remisión de los pecados confiando en los méritos de quien no poseía ninguno, o rendir homenaje a otros que nacieron y se criaron en pecado, y que sólo por el ejercicio de una ardiente fe, otorgada desde lo alto, podían esperar librarse de la cólera del Omnipotente? Alzaos de hinojos, hijos de Compostela, y si os prosternáis sea sólo ante el Altísimo, ni volváis a dirigir a vuestro patrono, en la víspera de su fiesta, este himno, por sublime que parezca: ¡Oh tú, escudo de la fe que en España profesamos, azote del enemigo que se atreviera a retarnos, tú, a quien el hijo de Dios, de los elementos amo, llamárate hijo del trueno, oh tú, inmortal Santiago! Desde ese asilo bendito, glorioso y sacrosanto dispénsanos tus mercedes y tu favor soberano; escucha nuestras plegarias, que con fervoroso labio ofrecémoste rendidos, poderoso Santiago. ...

En la línea 1439
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Allá se lo haya cada uno con su pecado; Dios hay en el cielo, que no se descuida de castigar al malo ni de premiar al bueno, y no es bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres, no yéndoles nada en ello. ...

En la línea 2146
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Que trata del gracioso artificio y orden que se tuvo en sacar a nuestro enamorado caballero de la asperísima penitencia en que se había puesto No hubo bien acabado el cura, cuando Sancho dijo: -Pues mía fe, señor licenciado, el que hizo esa fazaña fue mi amo, y no porque yo no le dije antes y le avisé que mirase lo que hacía, y que era pecado darles libertad, porque todos iban allí por grandísimos bellacos. ...

En la línea 2204
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -No tornes a esas pláticas, Sancho, por tu vida -dijo don Quijote-, que me dan pesadumbre; ya te perdoné entonces, y bien sabes tú que suele decirse: a pecado nuevo, penitencia nueva. ...

En la línea 2397
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Y, para confirmación desta verdad, te quiero decir una estancia que hizo el famoso poeta Luis Tansilo, en el fin de su primera parte de Las lágrimas de San Pedro, que dice así: Crece el dolor y crece la vergüenza en Pedro, cuando el día se ha mostrado; y, aunque allí no ve a nadie, se avergüenza de sí mesmo, por ver que había pecado: que a un magnánimo pecho a haber vergüenza no sólo ha de moverle el ser mirado; que de sí se avergüenza cuando yerra, si bien otro no vee que cielo y tierra. ...

En la línea 1001
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Cuando era niña, pero ya confesaba, siempre que el libro de examen decía pase la memoria por los lugares que ha recorrido, se acordaba sin querer de la barca de Trébol, de aquel gran pecado que había cometido, sin saberlo ella, la noche que pasó dentro de la barca con aquel Germán, su amigo. ...

En la línea 1072
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Se la quiso convencer de que había cometido un gran pecado. ...

En la línea 1453
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Al principio la calumnia habíale hecho poco daño, era una de tantas injusticias de doña Camila; pero poco a poco fue entrando en su espíritu una sospecha, aplicó sus potencias con intensidad increíble al enigma que tanta influencia tenía en su vida, que a tantas precauciones obligaba al aya; quiso saber lo que era aquel pecado de que la acusaban, y en la maldad de doña Camila y en la torpe vida, mal disimulada, de esta mujer, se afiló la malicia de la niña que fue comprendiendo en qué consistía tener honor y en qué perderlo; y como todos daban a entender que su aventura de la barca de Trébol había sido una vergüenza, su ignorancia dio por cierto su pecado. ...

En la línea 1453
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Al principio la calumnia habíale hecho poco daño, era una de tantas injusticias de doña Camila; pero poco a poco fue entrando en su espíritu una sospecha, aplicó sus potencias con intensidad increíble al enigma que tanta influencia tenía en su vida, que a tantas precauciones obligaba al aya; quiso saber lo que era aquel pecado de que la acusaban, y en la maldad de doña Camila y en la torpe vida, mal disimulada, de esta mujer, se afiló la malicia de la niña que fue comprendiendo en qué consistía tener honor y en qué perderlo; y como todos daban a entender que su aventura de la barca de Trébol había sido una vergüenza, su ignorancia dio por cierto su pecado. ...

En la línea 208
del libro El Señor
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Aquí empezaba el pecado. ...

En la línea 229
del libro El Señor
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Las luces tristes descendían hacía la rinconada, y las dos filas se detuvieron a la puerta a que nunca había osado llegar Juan de Dios en sus noches de vigilia amorosa y sin pecado. ...

En la línea 122
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... No iba a asustarse, como tímida beata, por los amoríos de dos personas jóvenes, que además sabían ocultarlo con discreción. Era lógico cerrara los ojos, ya que el pecado no iba unido al escándalo. ...

En la línea 748
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... —Rodrigo de Borja se preocupó en todo momento de mantener la pureza del dogma y ensanchar los dominios de la Iglesia. Esta no perdió nada durante su Pontificado; al contrario, aumentó enormemente su poder temporal. Era sobrio en la mesa, apenas bebía vino, nunca se mostró jugador, como Scarampo, los Piarlos y otros cardenales. Su pecado fue gustarle las mujeres de un modo Irresistible, hasta en su más extrema ancianidad, sin incurrir nunca en el vicio griego, como muchos de sus compañeros de cardenalato… Podía haber ocultado fácilmente sus hijos, por ser Ilegítimos, llamándolos sobrinos, a imitación de otros pontífices: pero este español era incapaz de tapujos as hipocresía» en sus afectos. Amaba a sus retoños con un apasionamiento extremado de meridional; fue un 'padrazo, preocupándose sin recato de engrandecerlos. Una lujuria de toro bravo, siempre fecunda, y un ambicioso deseo de elevar a su prole fueron los dos grandes defectos de este varón, indiscutiblemente superior, por la firmeza de su carácter, por su coraje reposado y sereno y por sus talentos de gobernante, a todos sus contemporáneos. ...

En la línea 1064
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... El millonario representante gratuito de su país hablaba siempre de modestos banquetes, pequeñas fiestas y distinciones recibidas inmerecidamente. Un gran hombre debe expresarse así. Lo que no impedía que fuese a la caza, sin descanso, de condecoraciones y dignidades académicas, y para las modestas comidas de amigos, vistiese a una docena de domésticos, propios y alquilados, con casaca de seda amarilla, calzón corto y peluca blanca, que hacia chorrear sudor las frentes de estos pobres italianos disfrazados. Su alma de cardenal de otros siglos, en la que se mezclaba la devoción y el pecado—aunque este pecado fuese sólo de pensamiento—, creía indispensable una servidumbre aparatosa, en consonancia con el aspecto de su palacio. ...

En la línea 1064
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... El millonario representante gratuito de su país hablaba siempre de modestos banquetes, pequeñas fiestas y distinciones recibidas inmerecidamente. Un gran hombre debe expresarse así. Lo que no impedía que fuese a la caza, sin descanso, de condecoraciones y dignidades académicas, y para las modestas comidas de amigos, vistiese a una docena de domésticos, propios y alquilados, con casaca de seda amarilla, calzón corto y peluca blanca, que hacia chorrear sudor las frentes de estos pobres italianos disfrazados. Su alma de cardenal de otros siglos, en la que se mezclaba la devoción y el pecado—aunque este pecado fuese sólo de pensamiento—, creía indispensable una servidumbre aparatosa, en consonancia con el aspecto de su palacio. ...

En la línea 1769
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Lo esencial del saber, lo que saben los niños y los paletos, ella lo ignoraba, como lo ignoran otras mujeres de su clase y aun de clase superior. Maximiliano se reía de aquella incultura rasa, tomando en serio la tarea de irla corrigiendo poco a poco. Y ella no disimulaba su barbarie; por el contrario, manifestaba con graciosa sinceridad sus ardientes deseos de adquirir ciertas ideas y de aprender palabras finas y decentes. Cada instante estaba preguntando el significado de tal o cual palabra, e informándose de mil cosas comunes. No sabía lo que es el Norte y el Sur. Esto le sonaba a cosa de viento; pero nada más. Creía que un senador es algo del Ayuntamiento. Tenía sobre la imprenta ideas muy extrañas, creyendo que los autores mismos ponían en las páginas aquellas letras tan iguales. No había leído jamás libro ninguno, ni siquiera novela. Pensaba que Europa es un pueblo y que Inglaterra es un país de acreedores. Respecto del sol, la luna y todo lo demás del firmamento, sus nociones pertenecían al orden de los pueblos primitivos. Confesó un día que no sabía quién fue Colón. Creía que era un general, así como O'Donnell o Prim. En lo religioso no estaba más aventajada que en lo histórico. La poca doctrina cristiana que aprendió se le había olvidado. Comprendía a la Virgen, a Jesucristo y a San Pedro; les tenía por muy buenas personas, pero nada más. Respecto a la inmortalidad y a la redención, sus primeras ideas eran muy confusas. Sabía que arrepintiéndose uno, bien arrepentido, se salva; eso no tenía duda, y por más que dijeran, nada que se relacionase con el amor era pecado. ...

En la línea 1905
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Pero una de aquellas señoras creía que era pecado mortal no indicar algo a doña Lupe, porque esta al fin lo tenía que saber, y más valía prepararla para tan tremendo golpe. ¡Pobre señora! Era un dolor verla con aquella tranquilidad, tan ajena a la deshonra que la amenazaba. Total, que la noticia llegó a la sutil oreja de doña Lupe a los tres días de haber salido del labio tímido de Rubinius vulgaris. ...

En la línea 2076
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Podías serlo más. Come, hijo, que el comer no es pecado gordo. ...

En la línea 2315
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... A pesar de la severidad empleada para impedir las parejas íntimas o grupos, siempre había alguna infracción hipócrita de esta observancia. Era imposible evitar que entre cuarenta o cincuenta mujeres hubiese dos o tres que se pusieran al habla, aprovechando cualquier coyuntura oportuna en las varias ocupaciones de la casa. Un sábado por la mañana Sor Natividad, que era la Superiora (por más señas la madrecita seca que recibió a Fortunata el día de su entrada), mandó a esta que brochase los baldosines de la sala de recibir. Era Sor Natividad vizcaína, y tan celosa por el aseo del convento que lo tenía siempre como tacita de plata, y en viendo ella una mota, un poco de polvo o cualquier suciedad, ya estaba desatinada y fuera de sí, poniendo el grito en el Cielo como si se tratara de una gran calamidad caída sobre el mundo, otro pecado original o cosa así. Apóstol fanático de la limpieza, a la que seguía sus doctrinas la agasajaba y mimaba mucho, arrojando tremendos anatemas sobre las que prevaricaban, aunque sólo fuera venialmente, en aquella moral cerrada del aseo. Cierto día armó un escándalo porque no habían limpiado… ¿qué creeréis?, las cabezas doradas de los clavos que sostenían las estampas de la sala. En cuanto a los cuadros, había que descolgarlos y limpiarlos por detrás lo mismo que por delante. «Si no tenéis alma, ni un adarme de gracia de Dios—les decía—, y no os habéis de condenar por malas, sino por puercas». El sábado aquel mandó, como digo, dar cera y brochado al piso de la sala, encargando a Fortunata y a otra compañera que se lo habían de dejar lo mismo que la cara del Sol. ...

En la línea 919
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Entrad, pero dejad fuera el pecado, porque es santa la tierra que vais a pisar. ...

En la línea 474
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... Llegó a casa, y al salir Orfeo a recibirle lo cogió en sus brazos, le acarició y le dijo: «Hoy empezamos una nueva vida, Orfeo. ¿No sientes que el mundo es más grande, más puro el sire y más azul el cielo? ¡Ah, cuando la veas, Orfeo, cuando la conozcas… ! ¡Entonces sentirás la congoja de no ser más que perro como yo siento la de no ser más que hombre! Y dime, Orfeo, ¿cómo podéis conocer, si no pecáis, si vuestro conocimiento no es pecado? El conocimiento que no es pecado no es tal conocimiento, no es racional.» ...

En la línea 474
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... Llegó a casa, y al salir Orfeo a recibirle lo cogió en sus brazos, le acarició y le dijo: «Hoy empezamos una nueva vida, Orfeo. ¿No sientes que el mundo es más grande, más puro el sire y más azul el cielo? ¡Ah, cuando la veas, Orfeo, cuando la conozcas… ! ¡Entonces sentirás la congoja de no ser más que perro como yo siento la de no ser más que hombre! Y dime, Orfeo, ¿cómo podéis conocer, si no pecáis, si vuestro conocimiento no es pecado? El conocimiento que no es pecado no es tal conocimiento, no es racional.» ...

En la línea 1920
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Matar por matar es un desatino. A lo sumo para librarse del odio, que no hace sino corromper el alma. Porque más de un rencoroso se curó del rencor y sintió piedad, y hasta amor a su víctima, una vez que satisfizo su odio en ella. El acto malo libera del mal sentimiento. Y es porque la ley hace el pecado. ...

En la línea 1729
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Es un pecado hablar así, señora, un gran pecado ‑dijo el pope sacudiendo la cabeza. ...

En la línea 1731
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¿Y esto no es un pecado? ‑exclamó Catalina Ivanovna, señalando al agonizante. ...

En la línea 1734
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Hay que perdonar al que muere. Esos sentimientos son un pecado, señora, un gran pecado. ...

En la línea 1734
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑Hay que perdonar al que muere. Esos sentimientos son un pecado, señora, un gran pecado. ...

Más información sobre la palabra Pecado en internet

Pecado en la RAE.
Pecado en Word Reference.
Pecado en la wikipedia.
Sinonimos de Pecado.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Pecado

Busca otras palabras en esta web

Palabras parecidas a pecado

La palabra profundidades
La palabra bosques
La palabra privilegios
La palabra aureola
La palabra exaltaba
La palabra vuestros
La palabra fracasos

Webs Amigas:

Ciclos formativos en La Rioja . Ciclos Fp de informática en Lanzarote . Ciclos Fp de Administración y Finanzas en Cáceres . - Apartamentos Checkin Lentiscos en Baleares