La palabra Carta ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Barraca de Vicente Blasco Ibañez
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas
Memoria De Las Islas Filipinas. de Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
La Biblia en España de Tomás Borrow y Manuel Azaña
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
El príncipe y el mendigo de Mark Twain
Niebla de Miguel De Unamuno
Sandokán: Los tigres de Mompracem de Emilio Salgàri
Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne
Grandes Esperanzas de Charles Dickens
Crimen y castigo de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
El jugador de Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
Fantina Los miserables Libro 1 de Victor Hugo
Un viaje de novios de Emilia Pardo Bazán
Julio Verne de La vuelta al mundo en 80 días
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece carta.
Estadisticas de la palabra carta
La palabra carta es una de las palabras más comunes del idioma Español, estando en la posición 740 según la RAE.
Carta es una palabra muy común y se encuentra en el Top 500 con una frecuencia media de 119.86 veces en cada obra en castellano
El puesto de esta palabra se basa en la frecuencia de aparición de la carta en 150 obras del castellano contandose 18218 apariciones en total.
Errores Ortográficos típicos con la palabra Carta
Cómo se escribe carta o carrta?
Cómo se escribe carta o sarta?
Más información sobre la palabra Carta en internet
Carta en la RAE.
Carta en Word Reference.
Carta en la wikipedia.
Sinonimos de Carta.
Algunas Frases de libros en las que aparece carta
La palabra carta puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 37
del libro La Barraca
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Con la despreocupación (por no llamarla de otro modo) que caracteriza a la mayoría de los españoles en lo que se refiere a la puntualidad epistolar, dejé sin respuesta la carta de este señor. ...
En la línea 493
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Después estaba el gran libro, el más precioso de la casa, lo que podía titularse la carta de nobleza de Matanzuela. Y el aperador sacaba del armario un amplio cuaderno, en el que se contenía la genealogía y la historia de todo caballo o mula salido del cortijo, con el apodo de nacimiento, padres y abuelos, descripción de la figura, talla, pelo, color de los ojos y defectos que se confesaban generosamente sobre el papel para quedar secretos, dejando a la penetración del comprador el adivinarlos. ...
En la línea 1919
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... A los pocos días olvidó por completo este suceso. Llegó una carta a sus manos: era de su hijo, de su Fermín. Estaba en Buenos Aires y le escribía mostrando cierta confianza en su porvenir. Los primeros tiempos eran duros, pero en aquellas tierras, con el trabajo y la constancia, era casi seguro el triunfo, y él abrigaba la certeza de que marcharía adelante. ...
En la línea 62
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... El mismo día el joven se puso en camino, provisto de los tres pre sentes paternos y que estaban compuestos, como hemos dicho, por trece escudos, el caballo y la carta para el señor de Tréville; como es lógico, los consejos le habían sido dados por añadidura. ...
En la línea 125
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... ¿Qué había?-Una carta dirigida al señor de Tréville, capitán de los mosqueteros. ...
En la línea 152
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... ¡Sólo que si pudiera saber lo que contiene esa carta dirigida a Tréville!. ...
En la línea 195
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Pero en el momento de pagar aquel romero, aquel aceite y aquel vino, único gasto del amo que había guardado dieta absoluta mientras que, por el contrario, el caballo amarillo, al decir del hostelero al menos, había comido tres veces más de lo que razonablemente se hu biera podido suponer por su talla, D'Artagnan no encontró en su bolso más que su pequeña bolsa de terciopelo raído así como los once escu dos que contenía; en cuanto a la carta dirigida al señor de Tréville, ha bía desaparecido. ...
En la línea 359
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Los portes de las cartas, ó sea la tarifa de sus precios, tambien han sufrido variaciones en distintas épocas, y siempre en aumento progresivo en favor de la renta; pues que á fines del pasado siglo las tarifas marcaban un peso por onza, y dos reales plata fuerte por cada carta sencilla ó que no llegase á media onza; y en el dia la tarifa marca de porte doce reales plata fuerte por cada onza, y cuatro reales idem idem por carta sencilla; más en esto no hay por qué detenerse; los portes se pagan como está mandado últimamente, y de ello no hay reclamacion alguna. ...
En la línea 359
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Los portes de las cartas, ó sea la tarifa de sus precios, tambien han sufrido variaciones en distintas épocas, y siempre en aumento progresivo en favor de la renta; pues que á fines del pasado siglo las tarifas marcaban un peso por onza, y dos reales plata fuerte por cada carta sencilla ó que no llegase á media onza; y en el dia la tarifa marca de porte doce reales plata fuerte por cada onza, y cuatro reales idem idem por carta sencilla; más en esto no hay por qué detenerse; los portes se pagan como está mandado últimamente, y de ello no hay reclamacion alguna. ...
En la línea 387
del libro Memoria De Las Islas Filipinas.
del afamado autor Don Luis Prudencio Alvarez y Tejero
... Ahora bien, si esa comunicacion establecida de un modo tan jeneroso, se la grava ahora con el porte que se señale á cada carta en tarifa que se establezca, cuando todo lo que puede producir es tan insignificante, ¿no es consiguiente que tal medida pueda causar disgustos? ¿no es fácil que se forme la idea y crean algunos que esto es establecer una contribucion, cuyo solo nombre podria ser suficiente á producir inquietudes que espongan el sosiego público? por lo tanto, ese mezquino interes debe posponerse al deseo de que se conserve la tranquilidad pública tan inalterable como siempre lo ha estado, y por ello conviene concluir no es llegado el caso de la reforma tal cual se acordó y mandó, por contraria y onerosa á los intereses nacionales, y perjudicial al comercio y demas habitantes de aquellas Islas. ...
En la línea 70
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... Sin duda, quiso usted decir la _perspectiva de glorificar a Dios_; pero el giro de sus palabras nos hizo pensar en ciertos pasajes de la Escritura, tales como Job, XXI, 2, etc.» La respuesta de Borrow debió de ser tal, que el mismo reverendo le escribía: «El espíritu de su última carta es verdaderamente cristiano, en armonía con aquella regla sentada por el mismo Cristo, y de la que Él dió, en cierto sentido, tan prodigioso ejemplo, que dice: El que se humille será ensalzado.» Finalmente, la Sociedad Bíblica aceptó los servicios de Borrow y le envió a Rusia, para donde salió sin dilación, a mediados de año, a colaborar en la transcripción y colación del manuscrito de la Biblia traducida al manchú, y en la impresión del Nuevo Testamento en la misma lengua. ...
En la línea 117
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... En la carta al _Correo Nacional_, publicada el 27 de mayo, se titula «único agente autorizado en España de la S. ...
En la línea 118
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... En la carta a sus directores de Londres, luego de referir las entrevistas del ministro británico con Ofalia, dice respecto de Graydon: «Hasta el momento presente, ese hombre ha sido el ángel malo de la causa de la Biblia en España, y también el mío, y ha empleado tales procedimientos y escogido de tal modo las ocasiones, que casi siempre ha conseguido derribar los planes hacederos trazados por mis amigos y por mí para la propagación del Evangelio de una manera permanente y segura.» La respuesta de la Sociedad fué un cruel desengaño para Borrow: reconocíase en ella que Graydon era tan legítimo representante de la Sociedad Bíblica como él; no se accedía a desautorizar y condenar su proceder, y, además se le advertía a Borrow que, en adelante, se abstuviese de publicar cartas como la del _Correo Nacional_. ...
En la línea 269
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... ¿Yo un mendigo? _¡Carajo!_ El agua de mi pueblo es mejor que el vino de Roma.» Veo que en la última carta pastoral dirigida a los españoles, el obispo de Roma se queja amargamente del trato que ha recibido en España por parte de algunos hombres inicuos. ...
En la línea 1492
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Volvió la hoja don Quijote y dijo: -Esto es prosa, y parece carta. ...
En la línea 1501
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Acabando de leer la carta, dijo don Quijote: -Menos por ésta que por los versos se puede sacar más de que quien la escribió es algún desdeñado amante. ...
En la línea 1505
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Con gran deseo quedó el Caballero de la Triste Figura de saber quién fuese el dueño de la maleta, conjeturando, por el soneto y carta, por el dinero en oro y por las tan buenas camisas, que debía de ser de algún principal enamorado, a quien desdenes y malos tratamientos de su dama debían de haber conducido a algún desesperado término. ...
En la línea 1572
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Y, al tiempo que entré en un aposento donde estaba, le hallé con una carta abierta en la mano, la cual, antes que yo le dijese palabra, me la dio y me dijo: ''Por esa carta verás, Cardenio, la voluntad que el duque Ricardo tiene de hacerte merced''.» Este duque Ricardo, como ya vosotros, señores, debéis de saber, es un grande de España que tiene su estado en lo mejor desta Andalucía. ...
En la línea 231
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Inmediatamente se pone a interrogarme del modo más altanero y misterioso. Por fortuna llevo encima una carta de recomendación que me ha dado el gobierno de Buenos Aires5 para el comandante de Patagones. Lleva esa carta al general Rosas, quien me envía un atentísimo mensaje, y el secretario viene en mi busca, pero esta vez muy cortés y muy cumplido. Vamos a aposentarnos al rancho o choza de un viejo español que había seguido a Napoleón en su expedición a Rusia. ...
En la línea 430
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 5 de octubre.- Cruzamos el Paraná para dirigirnos a Santa Fe Bajada, ciudad sita en la opuesta orilla. El paso nos cuesta varias horas, pues el río consiste aquí en un laberinto de pequeños brazos, separados por islas bajas cubiertas de bosques. Tenía yo una carta de recomendación para un viejo español, un catalán, que me recibe con la mayor hospitalidad. Bajada es la capital de Entre-Ríos. En 1825 la ciudad contenía 6.000 habitantes, y 30.000 la provincia. Sin embargo, a pesar del corto número de habitantes, ninguna provincia ha sufrido más revoluciones sangrientas. Hay aquí diputados, ministros, ejército regular y gobernadores; por tanto, no es extraño que haya revoluciones. Esta provincia llegará a ser de seguro uno de los países más ricos de la Plata. El suelo es fértil, y la forma casi insular de EntreRíos le da dos grandes líneas de comunicación: el Paraná y el Uruguay. ...
En la línea 473
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Apenas hubo pretexto para comenzar esta revolución. Pero sería poco razonable pedir pretextos en un Estado que en nueve meses (de febrero a octubre de 1820) sufrió quince cambios de gobierno (según la Constitución, cada gobernador era elegido para un período de tres años). En el caso actual, algunos personajes que detestaban al gobernador Balcarce, porque eran partidarios de Rosas, abandonaron la ciudad en número de 70, y al grito de ¡viva Rosas! el país entero tomó las armas. Bloqueóse a Buenos Aires, no dejando entrar provisiones, ganado ni caballos; por lo demás, pocos combates y sólo algunos hombres muertos cada día. Los rebeldes sabían bien que interceptando los víveres la victoria sería suya uno u otro día. El general Rosas no podía saber aún este levantamiento, pero respondía en absoluto a los planes de su partido. Un año antes fue electo gobernador, pero declaró no aceptar sino a condición de que la Sala le confiriese poderes extraordinarios. Se los negaron y por eso no aceptó el puesto; desde entonces, su partido se amaña para probar que ningún gobernador puede permanecer en el poder. Prolongábase por ambas partes la lucha, hasta que pudieran recibirse noticias de Rosas. Llegó una nota suya pocos días después de salir yo de Buenos Aires: el general deploraba que se hubiese perturbado el orden público, pero era su parecer que los insurrectos tenían la razón de su parte. Al recibirse esta carta, gobernador, ministros, oficiales y soldados huyeron en todas direcciones; los rebeldes entraron en la ciudad, proclamaron nuevo gobernador y 5.500 de ellos se hicieron pagar los servicios prestados a la insurrección. ...
En la línea 497
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... 22 de noviembre.- Llegamos a una estancia situada a orillas del Berquelo. Esta propiedad pertenece a un inglés muy hospitalario, para quien mi amigo M. Lucas me dio una carta de presentación. Permanezco allí tres días. Mi compatriota me conduce a la sierra de Pedro Flaco, sita a 20 millas más arriba, en las márgenes del río Negro. Una hierba excelente, aunque un poco fuerte y que llega hasta el vientre de los caballos, cubre el país casi entero. Sin embargo, hay espacios de muchas leguas cuadradas donde no se encuentra ni una sola cabeza de ganado la banda oriental podría alimentar un increíble número de animales. En la actualidad se exportan anualmente de Montevideo 300.000 pieles; el consumo interior es muy cuantioso, a causa del despilfarro que reina en todas partes. Un estanciero me dice que a menudo tiene que enviar grandes rebaños a muchísima distancia; los bueyes frecuentemente caen al suelo rendidos de fatiga; entonces es preciso matarlos para quitarles la piel. Pues bien; nunca se ha podido convencer a los gauchos para que tomasen un trozo de esos animales para sus comidas, y todas las noches matan un buey para su cena. Visto desde la sierra, el río Negro presenta el panorama más pintoresco que he observado hasta ahora en esas comarcas. ...
En la línea 452
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Bebió vino y abrió la carta. ...
En la línea 1309
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... El palacio de los Ozores era de don Carlos; sus hermanas se lo dijeron en otra carta fría y lacónica: Estaban dispuestas a abandonarlo, si él lo exigía; sólo le pedían que pensase cómo se había de conservar aquel resto precioso de tanta nobleza. ...
En la línea 1769
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... —¡Eso! —¿Te acuerdas de la carta del aya? —Como que yo la conservo. ...
En la línea 1787
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... La conversación tardó en volver al pecado de Ana, a la vergüenza de que les hablaba la carta de doña Camila. ...
En la línea 97
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... La carta del canónigo puso en pie en la memoria de Claudio tres figuras sólo entrevistas durante los últimos meses como fugaces e indecisos fantasmas: el embajador Bustamante. su cuñada doña Nati y la dulce Estela. Esta última, sin embargo, persistía en su recuerdo, según sus propias palabras, «como un perfume lejano de violeta adormecida entre hojas». ...
En la línea 102
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Deseaba pasar con él varios días, viendo al mismo tiempo la famosa Costa Azul, que siempre había contemplado desde el ferrocarril como una visión cinematográfica. Revelaba en su carta un entusiasmo de adolescente al ocuparse de este lugar famoso. Iba a conocerlo al lado de su sobrino, gran mundano que le hacía recordar a los héroes de ciertas novelas leídas en sus tiempos de seminarista. ...
En la línea 502
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Se había dirigido a Madrid al marcharse de la Costa Azul. Fue modo de una tuga, sin otra despedida que una breve carta. ...
En la línea 503
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... La noche anterior había hablado con Rosaura tranquilamente. Los dos seguían viéndose; pero quedaba en su memoria el recuerdo de aquella conversación, frente al mar, en lo alto de la pendiente cubierta de flores, bajo la luz rosada del ocaso. Consideraban indudable la separación de que habían hablado; pero transcurrían los días sin que se realizase. Y de pronto, Claudio tomaba el tren, dejando en su vivienda una breve carta para que la llevasen a la villa de Rosaura. ...
En la línea 153
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Notó también que el Delfín se preocupaba mucho de ciertos recados o esquelitas que a la casa traían para él, mostrándose más bien temeroso de recibirlos que deseoso de ellos. A menudo daba a los criados orden de que le negaran y de que no se admitiera carta ni recado. Estaba algo inquieto, y su mamá se dijo gozosa: «Persecución tenemos; pero él parece querer cortar toda clase de comunicaciones. Esto va bien». Hablando de esto con su marido, D. Baldomero, en quien lo progresista no quitaba lo autoritario (emblema de los tiempos), propuso un plan defensivo que mereció la aprobación de ella. «Mira, hija, lo mejor es que yo hable hoy mismo con el Gobernador, que es amigo nuestro. Nos mandará acá una pareja de orden público, y en cuanto llegue hombre o mujer de malas trazas con papel o recadito, me lo trincan, y al Saladero de cabeza». ...
En la línea 583
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Pensando en esto, pasó Jacinta parte de aquella noche, atando cabos, como ella decía, para ver si de los hechos aislados lograba sacar alguna afirmación. Estos hechos, valga la verdad, no arrojaban mucha luz que digamos sobre lo que se quería demostrar. Tal día y a tal hora Juan había salido bruscamente, después de estar un rato muy pensativo, pero muy pensativo. Tal día y a tal hora Juan había recibido una carta, que le había puesto de mal humor. Por más que ella hizo, no la había podido encontrar. Tal día y a tal hora, yendo ella y Barbarita por la calle de Preciados, se encontraron a Juan que venía deprisa y muy abstraído. Al verlas, quedose algo cortado; pero sabía dominarse pronto. Ninguno de estos datos probaba nada; pero no cabía duda: su marido se la estaba pegando. ...
En la línea 1448
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —¡Qué memoria tienes! Pues pasó tiempo, y al año de casados, un día, de repente, plaf… entras tú en mi cuarto y me das una carta. ...
En la línea 1623
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Y siempre que iba de noche por las calles, todo bulto negro o pardo se le antojaba que era la que buscaba. Corría, miraba de cerca… y no era. A veces creía distinguirla de lejos, y la forma se perdía en el gentío como la gota en el agua. Las siluetas humanas que en el claro oscuro de la movible muchedumbre parecen escamoteadas por las esquinas y los portales, le traían descompuesto y sobresaltado. Mujeres vio muchas, a oscuras aquí, allá iluminadas por la claridad de las tiendas; mas la suya no parecía. Entraba en todos los cafés, hasta en algunas tabernas entró, unas veces solo, otras acompañado de Villalonga. Iba con la certidumbre de encontrarla en tal o cual parte; pero al llegar, la imagen que llevaba consigo, como hechura de sus propios ojos, se desvanecía en la realidad. «¡Parece que donde quiera que voy —decía con profundo tedio—llevo su desaparición, y que estoy condenado a expulsarla de mi vista con mi deseo de verla!». Decíale Villalonga que tuviera paciencia; pero su amigo no la tenía; iba perdiendo la serenidad de su carácter, y se lamentaba de que a un hombre tan grave y bien equilibrado como él le trastornase tanto un mero capricho, una tenacidad del ánimo, desazón de la curiosidad no satisfecha. «Cosas de los nervios, ¿verdad Jacintillo? Esta pícara imaginación… Es como cuando tú te ponías enfermo y delirante esperando ver salir una carta que no salía nunca. Francamente, yo me creía más fuerte contra esta horrible neurosis de la carta que no sale». ...
En la línea 1136
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –¿Qué carta? ...
En la línea 1166
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –¡Ah, maldito zorro! ¡Todo lo veo claro! ¡Tú mismo escribiste la fingida carta, cuyos frutos han sido mi novia y mis bienes robados! ¡Ea! Vete de aquí, porque no quiero mancillar mi honrada condición con la muerte de un perro tan despreciable. ...
En la línea 1186
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... –Pero tengo un plan que nos hará justicia a los dos. Escribiré una carta en tres lenguas, latín, griego e inglés, y tú mañana por la mañana irás corriendo con ella hacia Londres. No se la des a nadie más que a mi tío, lord Hertford, que cuando él la vea sabrá que yo la he escrito, y entonces enviará por mí, ...
En la línea 1233
del libro El príncipe y el mendigo
del afamado autor Mark Twain
... Así, poco a poco, supo Hendon la historia de su familia. Hacia unos seis años que Arturo había muerto. Esta pérdida, unida a la falta de noticias de Hendon, empeoró la salud del padre, el cual creyó que iba a entregar el alma y quiso ver a Hugo y Edith casados antes de su tránsito; pero Edith suplicó con todas sus fuerzas una demora, para esperar el regreso de Miles. De pronto llegó la carta con la noticia de la muerte del soldado. El golpe postró en cama a sir Ricardo, quien creyó que se acercaba su fin, y él y Hugo insistieron en el matrimonio. Edith suplicó y obtuvo un mes de respiro, y luego otro, y finalmente un tercero; mas por fin el matrimonio se celebró junto al lecho de muerte de sir Ricardo. No fue feliz. Decíase en la comarca que poco después de celebradas las nupcias la esposa halló entre los papeles de su marido varios bosquejos burdos é incompletos de la carta fatal, y le acusó de haber precipitado el matrimonio y al mismo tiempo la muerte de sir Ricardo con una villana falsificación. Todo el mundo decía de los pormenores de la crueldad del esposo para con Edith y las criados, pues desde la muerte de su padre, sir Hugo arrojó de sí todo disfraz de blandura, y se convirtió en un amo implacable para todos aquellos cuya vida, en cualquier modo, dependía de él y de sus dominios. ...
En la línea 82
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... Y por ahí se dirigió Augusto. Pero al rato volvió. Se le había olvidado la carta. ...
En la línea 83
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –¿Hará el favor, señora Margarita, de hacer llegar esta carta a las propias blancas manos de la señorita Eugenia? ...
En la línea 88
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –Pero ¿es que cree el caballero que es esta la primera carta de este género… ? ...
En la línea 89
del libro Niebla
del afamado autor Miguel De Unamuno
... –¿De este género? Pero ¿usted sabe el género de mi carta? ...
En la línea 1725
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —Llevo una carta del baronet William Rosenthal. ...
En la línea 1727
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... El cipayo sacó una carta de su casco. ...
En la línea 1751
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —Ten cuidado con la carta que quieres escribir al lord. Es un hombre muy suspicaz, y si ve que la letra no es la misma del baronet, puede mandar que te fusilen. ...
En la línea 1767
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... La misión del portugués era, sin duda alguna, de las más arriesgadas y audaces que había afrontado en toda su vida. Sin embargo, el pirata se disponía a jugar tan peligrosa carta confiado en su sangre fría y, sobre todo, en su buena estrella, que nunca se había cansado de protegerlo. ...
En la línea 58
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Tres horas antes de que el Abraham Lincoln zarpase del muelle de Brooklyn, recibí una carta redactada en estos términos: ...
En la línea 69
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Tres segundos antes de la recepción de la carta de J. B. Hobson, estaba yo tan lejos de la idea de perseguir al unicornio como de la de buscar el paso del Noroeste. Tres segundos después de haber leído la carta del honorable Secretario de la Marina, había comprendido ya que mi verdadera vocación, el único fin de mi vida, era cazar a ese monstruo inquietante y liberar de él al mundo. Sin embargo, acababa de regresar de un penoso viaje y me sentía cansado y ávido de reposo. Mi única aspiración era la de volver a mi país, a mis amigos y a mi pequeño alojamiento del jardín de Plantas con mis queridas y preciosas colecciones. Pero nada pudo retenerme. Lo olvidé todo, fatigas, amigos, colecciones y acepté sin más reflexión la oferta del gobierno americano. ...
En la línea 69
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Tres segundos antes de la recepción de la carta de J. B. Hobson, estaba yo tan lejos de la idea de perseguir al unicornio como de la de buscar el paso del Noroeste. Tres segundos después de haber leído la carta del honorable Secretario de la Marina, había comprendido ya que mi verdadera vocación, el único fin de mi vida, era cazar a ese monstruo inquietante y liberar de él al mundo. Sin embargo, acababa de regresar de un penoso viaje y me sentía cansado y ávido de reposo. Mi única aspiración era la de volver a mi país, a mis amigos y a mi pequeño alojamiento del jardín de Plantas con mis queridas y preciosas colecciones. Pero nada pudo retenerme. Lo olvidé todo, fatigas, amigos, colecciones y acepté sin más reflexión la oferta del gobierno americano. ...
En la línea 882
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... Una carta de invitación ...
En la línea 349
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... No había ninguna necesidad de comunicar por carta con Joe, pues hay que tener en cuenta que estaba sentado a mi lado y que, además, nos hallábamos solos. Pero le entregué esta comunicación escrita, con pizarra y todo, por mi propia mano, y Joe la recibió con tanta solemnidad como si fuese un milagro de erudición. ...
En la línea 356
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... En vista de su incapacidad para descifrar la carta, yo me incliné hacia él y, con la ayuda de mi dedo índice, la leí toda. ...
En la línea 648
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... — ¿Cómo quieres que crea eso, Pip? ¿Acaso no vi la carta que me escribiste anoche? Incluso estaba escrita en letras de imprenta. Bastante me fijé en eso. Y, sin embargo, puedo jurar que la gente instruida no es capaz de escribir en letras de imprenta. ...
En la línea 1632
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Tal vez estaba casado ya, y ¿quién sabe si la carta que recibió la novia fue una parte del plan de su medio hermano? - contestó Herbert -. Ya le he dicho que no estoy enterado de esto. ...
En la línea 201
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¿Una carta para mí? ¿De quién? ...
En la línea 203
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Tráela, por el amor de Dios! ¡Trae esa carta! ‑exclamó Raskolnikof, profundamente agitado‑. ¡Señor… ! ¡Señor… ! ...
En la línea 204
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Un minuto después tenía la carta en la mano. Como había supuesto, era de su madre, pues procedía del distrito de R***. Estaba pálido. Hacía mucho tiempo que no había recibido ninguna carta; pero la emoción que agitaba su corazón en aquel momento obedecía a otra causa. ...
En la línea 204
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Un minuto después tenía la carta en la mano. Como había supuesto, era de su madre, pues procedía del distrito de R***. Estaba pálido. Hacía mucho tiempo que no había recibido ninguna carta; pero la emoción que agitaba su corazón en aquel momento obedecía a otra causa. ...
En la línea 409
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —Está bien —le respondí—. Diga a la señorita Blanche que se tranquilice. Permítame, sin embargo, preguntarle —añadí bruscamente— por qué ha tardado usted tanto en entregarme esta carta. En lugar de discutir cosas insustanciales, creo que usted debía haber empezado por ahí… si es que ha venido realmente para cumplir ese encargo. ...
En la línea 410
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —¡Oh! Yo quería… Todo esto es tan extraño que le ruego me excuse por mi natural impaciencia… Tenía prisa por saber, por usted mismo, sus intenciones. Por otra parte, ignoraba el contenido de la carta, y pensé que podía entregársela en cualquier momento. ...
En la línea 411
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... —Comprendo. A usted le mandaron que no entregara la carta más que en el último extremo, en caso de que usted no hubiese podido arreglar las cosas de palabra. ¿No es así? ¡Hable francamente, Des Grieux! ...
En la línea 417
del libro El jugador
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... Segunda: ¿Qué influencia ejerce este francés sobre Paulina? A una sola palabra suya hace todo lo que él quiere, ha escrito una carta e incluso me ha dirigido un “ruego”. Cierto que desde el principio sus relaciones me han parecido siempre un enigma. Pero, no obstante, en estos últimos tiempos noté en ella una aversión pronunciada y casi desprecio hacia él, y él por su parte lo ignora y se muestra poco cortés. Me he fijado ya en todo eso. Paulina misma me habla de su aversión. Se le han escapado palabras significativas… Él la domina, la tiene esclavizada… ...
En la línea 554
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... Favorita arrancó el papel de manos del camarero. Era una carta. ...
En la línea 556
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... Rompió el sobre, abrió la carta y leyó: ...
En la línea 557
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... '¡Oh, amadas nuestras! Sabed que tenemos padres; padres, vosotras no entenderéis muy bien qué es eso. Así se llaman el padre y la madre en el Código Civil. Ahora bien, estos padres lloran; estos ancianos nos reclaman; estos buenos hombres y estas buenas mujeres nos llaman hijos pródigos, desean nuestro regreso y nos ofrecen matar corderos en nuestro honor. Somos virtuosos y les obedecemos. A la hora en que leáis esto, cinco fogosos caballos nos llevarán hacia nuestros papás y nuestras mamás. Nos escapamos. La diligencia nos salva del borde del abismo; el abismo sois vosotras, nuestras bellas amantes. Volvemos a entrar, a toda carrera, en la sociedad, en el deber, y en el orden. Es importante para la patria que seamos, como todo el mundo, prefectos, padres de familia, guardas campestres o consejeros de Estado. Veneradnos. Nosotros nos sacrificamos. Lloradnos rápidamente, y reemplazadnos más rápidamente. Si esta carta os produce pena, rompedla. Adiós. Durante dos años os hemos hecho dichosas. No nos guardéis rencor. ...
En la línea 777
del libro Fantina Los miserables Libro 1
del afamado autor Victor Hugo
... Los Thenardier, mal pagados, le escribían a cada instante cartas cuyo contenido la afligía y cuyo exigencia la arruinaba. Un día le escribieron que su pequeña Cosette estaba enteramente desnuda con el frío que hacía, que tenía necesidad de ropa de lana, y que era preciso que su madre enviase diez francos para ella. Recibió la carta y la estrujó entre sus manos todo el día. Por la noche entró en la casa de un peluquero que habitaba en la calle, y se quitó el peine. Sus admirables cabellos rubios le cayeron hasta las caderas. ...
En la línea 342
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -Le diré a usted… Siempre deseé casarme a gusto del viejecito, y no afligirlo con esos amoríos y esas locuras con que otras muchachas desazonan a sus padres… Mis amigas, digo algunas, veían pasar por delante de su ventana a un oficial de la guarnición… ¡zas! ya estaban todas derretidas, y carta va y carta viene… Yo me asombraba de eso de enamorarse así, por ver pasar a un hombre… Y como al fin nada se me daba de los que pasaban por la calle, y al señor de Miranda ya le conocía, y a padre le gustaba tanto… calculé: ¡mejor! así me libro de cuidados, ¿no es verdad? cierro los ojos, digo que sí y ya está hecho… Padre se pone muy contento y yo también. ...
En la línea 342
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... -Le diré a usted… Siempre deseé casarme a gusto del viejecito, y no afligirlo con esos amoríos y esas locuras con que otras muchachas desazonan a sus padres… Mis amigas, digo algunas, veían pasar por delante de su ventana a un oficial de la guarnición… ¡zas! ya estaban todas derretidas, y carta va y carta viene… Yo me asombraba de eso de enamorarse así, por ver pasar a un hombre… Y como al fin nada se me daba de los que pasaban por la calle, y al señor de Miranda ya le conocía, y a padre le gustaba tanto… calculé: ¡mejor! así me libro de cuidados, ¿no es verdad? cierro los ojos, digo que sí y ya está hecho… Padre se pone muy contento y yo también. ...
En la línea 977
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Dado estaba Miranda a todos diablos, cuando Duhamel vino a consolarle un poco, asegurándole que la enferma experimentaba de algunos días acá unos asomos de mejoría, y que debía aprovecharlos regresando a España, en busca de clima benigno; añadiendo, en su chapurrado franco-portugués, que puesto que él pensaba, como casi todos los médicos de consulta en Vichy, salir pronto para París, podrían combinar el viaje juntos, y así vería cómo probaba el movimiento del tren a la enferma, y resolver si necesitaba descanso, o si resistiría volver a España de una vez. Pareció acertadísimo a todos el consejo del médico, y Lucía escribió, bajo el dictado de Pilar, una carta a Perico, encargándole estuviese de vuelta dentro de quince días justos, término fijado por Duhamel para cerrar su temporada de consulta en Vichy. El nuevo arreglo templó un tanto el malhumor de Miranda, consoló a Lucía y regocijó a la enferma, que sobre todas las cosas soñaba con la vuelta a Madrid. ...
En la línea 993
del libro Un viaje de novios
del afamado autor Emilia Pardo Bazán
... Pocos días antes del fijado para la vuelta de Perico, recibió Pilar una carta suya, que entregó a Lucía, a fin de que se la leyese. Anunciaba su llegada próxima, refiriendo a la vez algunos pormenores de su elegante vida en el castillo de Ceyssat, y entre varias noticias daba la de la muerte de la madre de Ignacio Artegui, que Anatole le había contado, creyendo que le interesaría por tratarse de un compatriota. Añadía que su hijo la había llevado a enterrar a Bretaña, al mismo castillote de Hotidan, en que, trascurriera su niñez. Miranda estaba delante cuando se leyó, este párrafo, y hubo de notar la ojeada rápida que se cruzó entre Pilar y Lucía, y la palidez repentina de su mujer. Salió Lucía aquella tarde, y se fue a San Luis, donde pasaría como media hora. Volvió al chalet, y entró en su dormitorio, donde tenía recado de escribir; escribió una carta, y guardándosela en el pecho bajó las escaleras a brincos, y tomó a buen paso hacia la calle principal. Anochecía; encendíanse los primeros faroles, y se esparcían por el arroyo los pilluelos, niños de coro de la civilización, voceando los periódicos recién llegados de Paris. Lucía fue derecha al rojo reverbero del estanco, y acercándose a la caja de madera que hacía de buzón, echó en ella la epístola. Al punto mismo, sintió, como una tenaza que le oprimía el brazo y se volvió. Miranda estaba allí. ...
En la línea 1277
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... En efecto, al llegar a Yokohama, el agente, separándose de mister Fogg, a quien esperaba encontrar en el resto del día, se había dirigido inmediatamente al despacho del cónsul inglés. Allí encontró el mandamiento que, corriendo detrás de él desde Bombay, tenía ya cuarenta días de fecha, mandamiento que le había sido enviado de Hong Kong por el mismo 'Carnatíc', a cuyo bordo se le creía. Júzguese del despecho que experimentó el 'detective'. El mandamiento ya era inútil. ¡Mister Fogg no estaba en las posesiones inglesas, y era necesaria una carta de extradición para prenderlo! ...
En la línea 1514
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... -Pues bien; me acomoda que sean oros –replicó el coronel Proctor con irritada voz, haciendo ademán de tomar la carta jugada, y añadiendo: ...
En la línea 1886
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... Pero, antes que todo, el buen muchacho subió a su cuarto y apagó el gas, que había estado ardiendo durante ochenta días. Había encontrado en el buzón una carta de la compañía del gas, y creyó que ya era tiempo de suprimir estos gastos, de que era responsable. ...

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