La palabra Revolucionaria ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
El paraíso de las mujeres de Vicente Blasco Ibáñez
Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece revolucionaria.
Estadisticas de la palabra revolucionaria
Revolucionaria es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 5220 según la RAE.
Revolucionaria aparece de media 17.41 veces en cada libro en castellano.
Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la revolucionaria en las obras de referencia de la RAE contandose 2646 apariciones .

la Ortografía es divertida
Algunas Frases de libros en las que aparece revolucionaria
La palabra revolucionaria puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 888
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... El pequeño cultivador que ama su pedazo de suelo como una prolongación de la familia, es áspero y hostil a toda innovación revolucionaria, más aún que el verdadero rico. Toda idea nueva la considera un peligro para su pobre bienestar y la repele ferozmente. Dando a aquellas gentes la posesión del suelo, se retrasaría el momento de la suprema Justicia con que soñaba Salvatierra; pero aunque así fuese, su alma de bienhechor consolábase pensando en los alivios momentáneos de la miseria. Surgirían pueblos en las soledades, desaparecerían aquellos cortijos aislados, con su aspecto huraño de cuartel o de presidio, y las bestias volverían a la sierra, dejando el llano para el sustento del hombre. ...
En la línea 1956
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Sentíase solo, completamente solo. Acababa de perder el último de los camaradas de su juventud revolucionaria. De todos los que habían disparado en la sierra y afrontado la muerte o el presidio por el romanticismo de la revolución, no quedaba ninguno a su lado. Unos huían en desesperada carrera al otro lado del mar, espoleados por la miseria; otros se pudrían en el seno de la tierra sin el consuelo de haber visto la Justicia y la Igualdad imperando sobre los hombres. ...
En la línea 9861
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Los obreros que entonces llevaban la voz en la propaganda revolucionaria habían muerto, o habían envejecido, o se habían dispersado, o estaban desengañados de la idea; la generación nueva no era clerófoba más que a ratos; era amiga de la taberna, no del club. ...
En la línea 490
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... - ¡Oh, gentleman! -dijo el profesor con acento de reproche-. En la vida no puede ser todo perfecto y lógico. También entre ustedes, según he leído, hubo pueblos que encargaron su policía a gentes de otros países, y el extranjero podía perseguir y pegar al nacional en nombre del orden. Igualmente, en la tierra de los gigantes, cuando ocurran choques sociales, el rico no guarda con sus brazos la propia riqueza, puesta en peligro por la envidia revolucionaria de los pobres, sino que paga a otros pobres vestidos con un uniforme para que repelan y maten a sus compañeros de miseria. Gillespie, desconcertado por esta lógica, quedo silencioso por algunos momentos. Luego añadió, con un deseo de tomar el desquite: ...
En la línea 784
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... De seguir los consejos de su padre, la veríamos antes de pocos años sucederle en el alto cargo de Padre de los Maestros. Pero tiene un alma débil y contemporizadora, como la de aquellas hembras que en los primeros días de la Verdadera Revolución lloraban e intercedían por los varones. Por eso desprecia la más eminente posición universitaria de nuestro país, prefiriendo vivir con un hombre amado, en cariñosa servidumbre, adivinando sus deseos para cumplirlos y dejándose despojar de los derechos de superioridad que le confirió, por ser mujer, nuestra victoria revolucionaria. ...
En la línea 889
del libro El paraíso de las mujeres
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Ra-Ra creyó estar gozando anticipadamente una parte del triunfo con que sonaba a todas horas. Asomado al bolsillo del gigante, se consideraba tan enorme como este, viendo empequeñecidos a todos sus adversarios. Siempre que el Hombre-Montaña pasaba junto a un edificio público, el escupía desde la altura, como si pretendiese con esto consumar su destrucción. Varias veces rió viendo moverse abajo, como despreciables insectos, a los que estaban encargados de perseguirle. Como su voz sólo podía oírla el gigante, se expresaba con una insolencia revolucionaria. ...
En la línea 2027
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Maximiliano guardó en la cómoda el pesado paquete, y después se puso la capa. Doña Lupe no se atrevió a retenerle, pues aunque su corazón se llenó de sentimientos de soberbia y autoridad, nada de esto pudo traducirse al exterior, porque en el momento de intentarlo, un freno inexplicable la contuvo. Sentía desvanecida su autoridad sobre el enamorado joven; veía una fuerza efectiva y revolucionaria delante de su fuerza histórica, y si no le tenía miedo, era innegable que aquel repentino tesón la infundía algún respeto. ...
En la línea 2282
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Hay en Madrid tres conventos destinados a la corrección de mujeres. Dos de ellos están en la población antigua, uno en la ampliación del Norte, que es la zona predilecta de los nuevos institutos religiosos y de las comunidades expulsadas del centro por la incautación revolucionaria de sus históricas casas. En esta faja Norte son tantos los edificios religiosos que casi es difícil contarlos. Los hay para monjas reclusas, y para las religiosas que viven en comunicación con el mundo y en batalla ruda con la miseria humana, en estas órdenes modernas derivadas de la de San Vicente de Paúl, cuya mortificación consiste en recoger ancianos, asistir enfermos o educar niños. Como por encanto hemos visto levantarse en aquella zona grandes pelmazos de ladrillo, de dudoso valer arquitectónico, que manifiestan cuán positiva es aún la propaganda religiosa, y qué resultados tan prácticos se obtienen del ahorro espiritual, o sea la limosna, cultivado por buena mano. Las Hermanitas de los Pobres, las Siervas de María y otras, tan apreciadas en Madrid por los positivos auxilios que prestan al vecindario, han labrado en esta zona sus casas con la prontitud de las obras de contrata. De institutos para clérigos sólo hay uno, grandón, vulgar y triste como un falansterio. Las Salesas Reales, arrojadas del convento que les hizo doña Bárbara, tienen también domicilio nuevo, y otras monjas históricas, las que recogieron y guardaron los huesos de D. Pedro el Cruel, acampan allá sobre las alturas del barrio de Salamanca. ...
En la línea 3374
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Quien supiera o pudiera apartar el ramaje vistoso de ideas más o menos contrahechas y de palabras relumbrantes, que el señorito de Santa Cruz puso ante los ojos de su mujer en la noche aquella, encontraría la seca desnudez de su pensamiento y de su deseo, los cuales no eran otra cosa que un profundísimo hastío de Fortunata y las ganas de perderla de vista lo más pronto posible. ¿Por qué lo que no se tiene se desea, y lo que se tiene se desprecia? Cuando ella salió del convento con corona de honrada para casarse; cuando llevaba mezcladas en su pecho las azucenas de la purificación religiosa y los azahares de la boda, parecíale al Delfín digna y lucida hazaña arrancarla de aquella vida. Hízolo así con éxito superior a sus esperanzas, pero su conquista le imponía la obligación de sostener indefinidamente a la víctima, y esto, pasado cierto tiempo, se iba haciendo aburrido, soso y caro. Sin variedad era él hombre perdido; lo tenía en su naturaleza y no lo podía remediar. Había que cambiar de forma de Gobierno cada poco tiempo, y cuando estaba en república, ¡le parecía la monarquía tan seductora… ! Al salir de su casa aquella tarde, iba pensando en esto. Su mujer le estaba gustando más, mucho más que aquella situación revolucionaria que había implantado, pisoteando los derechos de dos matrimonios. ...

El Español es una gran familia
Más información sobre la palabra Revolucionaria en internet
Revolucionaria en la RAE.
Revolucionaria en Word Reference.
Revolucionaria en la wikipedia.
Sinonimos de Revolucionaria.
Errores Ortográficos típicos con la palabra Revolucionaria
Cómo se escribe revolucionaria o rrevolucionarria?
Cómo se escribe revolucionaria o revoluzionaria?
Cómo se escribe revolucionaria o rebolucionaria?
Busca otras palabras en esta web
Palabras parecidas a revolucionaria
La palabra moral
La palabra reducido
La palabra esterilla
La palabra doloridos
La palabra acostarse
La palabra halagar
La palabra sirven
Webs Amigas:
Becas de Ciclos Formativos en Andalucía . VPO en Extremadura . VPO en San Sebastian . - Cala D'or Apartamentos Gavimar La Mirada