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La palabra orientales
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la palabra orientales

La palabra Orientales ha sido usada en la literatura castellana en las siguientes obras.
La Bodega de Vicente Blasco Ibañez
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra
Viaje de un naturalista alrededor del mundo de Charles Darwin
La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín»
A los pies de Vénus de Vicente Blasco Ibáñez
Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne
Por tanto puede ser considerada correcta en Español.
Puedes ver el contexto de su uso en libros en los que aparece orientales.

Estadisticas de la palabra orientales

Orientales es una de las 25000 palabras más comunes del castellano según la RAE, en el puesto 8069 según la RAE.

Orientales aparece de media 10.19 veces en cada libro en castellano.

Esta es una clasificación de la RAE que se basa en la frecuencia de aparición de la orientales en las obras de referencia de la RAE contandose 1549 apariciones .


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece orientales

La palabra orientales puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 1196
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... Necesitaba saberlo, le dolía la angustia de la duda, y deteniendo su paso, miraba suplicante a Salvatierra con sus ojos orientales, que brillaban en la penumbra con reflejos de nácar. ...

En la línea 2516
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Y, al tiempo cuando el sol se va mostrando por las rosadas puertas orientales, con suspiros y acentos desiguales, voy la antigua querella renovando. ...

En la línea 4457
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -Real y verdaderamente -respondió el del Bosque-, señor escudero, que tengo propuesto y determinado de dejar estas borracherías destos caballeros, y retirarme a mi aldea, y criar mis hijitos, que tengo tres como tres orientales perlas. ...

En la línea 5568
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Quiero inferir de lo dicho, que podría ser que yo tuviese alguna gracia déstas, no del no poder ser ferido, porque muchas veces la experiencia me ha mostrado que soy de carnes blandas y no nada impenetrables, ni la de no poder ser encantado, que ya me he visto metido en una jaula, donde todo el mundo no fuera poderoso a encerrarme, si no fuera a fuerzas de encantamentos; pero, pues de aquél me libré, quiero creer que no ha de haber otro alguno que me empezca; y así, viendo estos encantadores que con mi persona no pueden usar de sus malas mañas, vénganse en las cosas que más quiero, y quieren quitarme la vida maltratando la de Dulcinea, por quien yo vivo; y así, creo que, cuando mi escudero le llevó mi embajada, se la convirtieron en villana y ocupada en tan bajo ejercicio como es el de ahechar trigo; pero ya tengo yo dicho que aquel trigo ni era rubión ni trigo, sino granos de perlas orientales; y para prueba desta verdad quiero decir a vuestras magnitudes cómo, viniendo poco ha por el Toboso, jamás pude hallar los palacios de Dulcinea; y que otro día, habiéndola visto Sancho, mi escudero, en su mesma figura, que es la más bella del orbe, a mí me pareció una labradora tosca y fea, y no nada bien razonada, siendo la discreción del mundo; y, pues yo no estoy encantado, ni lo puedo estar, según buen discurso, ella es la encantada, la ofendida y la mudada, trocada y trastrocada, y en ella se han vengado de mí mis enemigos, y por ella viviré yo en perpetuas lágrimas, hasta verla en su prístino estado. ...

En la línea 6433
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Habíase sentado en el alma del maestresala la belleza de la doncella, y llegó otra vez su lanterna para verla de nuevo; y parecióle que no eran lágrimas las que lloraba, sino aljófar o rocío de los prados, y aun las subía de punto y las llegaba a perlas orientales, y estaba deseando que su desgracia no fuese tanta como daban a entender los indicios de su llanto y de sus suspiros. ...

En la línea 322
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Cada pólipo, aunque íntimamente unido a sus compañeros, tiene su boca, su cuerpo y sus tentáculos separados. En un ejemplar grande hay varios miles de esos pólipos; sin embargo, vemos que obedecen a un mismo movimiento y que tienen un eje central enlazado con un oscuro sistema circulatorio; además, los huevos se producen en un órgano distinto de los individuos separados17. También puede preguntarse con mucha razón: ¿qué constituye un individuo en este animal? Siempre es interesante descubrir el punto de partida de los extraños cuentos de los viajeros antiguos; y no dudo de que las costumbres de la Virgularia explican uno de esos cuentos. El capitán Lancaster, en su viaje18 en 1601, refiere que en los arenales de las costas de la isla de Sombrero, en las Indias orientales, encontró «una ramita que crecía como un arbustillo; si se trata de arrancarla, se mete dentro del suelo y desaparece, a no ser tirando de ella muy fuerte. Si se logra arrancarla, se ve que su raíz es un gusano; conforme crece el árbol mengua el gusano; y en cuanto el gusano se ha transformado por completo en árbol, echa raíces y se hace grande. Esta transformación es una de las 17 Las cavidades que nace de los compartimentos carnosos de la extremidad están llenas de una materia pulposa amarilla, que vista al microscopio, presenta un aspecto extraordinario. La masa consiste en unas granulaciones redondeadas, semitransparentes, irregulares, aglomeradas, formando partículas de diferentes tamaños. Todas esas partículas, así como los granos sueltos, tienen la facultad de moverse con rapidez; por lo común giran en derredor de diferentes ejes; algunas veces tienen también un movimiento de translación. El movimiento es perceptible con un débil poder amplificante, pero no he podido determinar su causa ni aun valiéndome de los mayores aumentos que permitía mi microscopio. Ese movimiento es muy diferente de la circulación del fluido dentro del saco elástico que contiene el extremo delgado del eje. En otras ocasiones, al disecar en el microscopio pequeños animales marinos, he visto partículas de materia pulposa, a veces de grandes dimensiones, comenzar a girar en cuanto quedaban sueltas. No sé con qué grado de verdad he pensado que esa materia granulo-pulposa estaba en vías de convertirse en huevos. Ciertamente, eso es lo que parecía estar verificándose en aquel zoofito. ...

En la línea 333
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Para impedir que los indios crucen el río Negro, al sur del cual estarían sanos y salvos en medio de vastas soledades desconocidas, el general Rosas ha hecho un tratado con los Tehuelches, en virtud del cual, paga cierta suma por todo indio a quien maten si intenta pasar al sur del río, bajo la pena de ser exterminados ellos mismos si así no lo hicieren. La guerra se dirige principalmente contra los indios de las Cordilleras, pues la mayoría de las tribus orientales engruesan el ejército de Rosas. Pero el general, como lord Chesterfield, pensando, sin duda, que sus amigos de hoy pueden llegar a ser sus enemigos mañana, cuida de llevarlos siempre a vanguardia para que muera el mayor número posible de ellos. Desde que abandoné la América meridional, he sabido que fracasó por completo esa guerra de exterminio. ...

En la línea 776
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Pasamos entre las Furias occidentales y orientales, y un poco más al norte vemos la Vía láctea, paso llamado así porque tiene un tal número de escollos que siempre está allí el mar blanco de espuma ...

En la línea 1580
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... No deja de chocarle mucho la gran diferencia que hay entre la vegetación de estos valles orientales y la de los de Chile, porque el clima y la naturaleza del suelo son casi idénticos y la diferencia de longitud, insignificante. mismo me ocurre con los cuadrúpedos, y aunque en menos grado con los pájaros y los insectos ...

En la línea 3331
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... Aquella Arcadia la veía don Álvaro con ojos acariciadores; en aquella casa tenía el teatro de sus mejores triunfos; cada mueble le contaba una historia en íntimo secreto; en la seriedad de las sillas panzudas y de los sillones solemnes con sus brazos e ídolos orientales, encontraba una garantía del eterno silencio que les recomendaba. ...

En la línea 576
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Respetables personajes tenían esclavas orientales en sus casas e iban, además, de visita a los palacios de las cortesanas célebres. Escritores famosos ensalzaban el vicio griego, llegando a decir el poeta Ariosto que todos los humanistas de su época habían incurrido en dicha aberración sexual. Algunos de ellos, para justificarse, alegaban el ejemplo de la antigüedad, recordando a Platón y a Sócrates como de los mismos gustos. ...

En la línea 1255
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... César Borgia procedía en todo como un príncipe laico. Cuando se presentaba en público era siempre con la espada al cinto, vestido elegantemente a la española, o sea de negro, con larga pluma blanca en el birrete. Otras veces lo veían los romanos a caballo, llevando turbante y rico caftán, por gustarle las modas orientales después de su amistad con el príncipe Djem. ...

En la línea 1323
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Los grandes señores franceses se reconocían algo rústicos e incultos al lado de este príncipe de origen eclesiástico que traía de Italia todas las exquisiteces de la nueva existencia creada por el Renacimiento. Comparado con ellos, que vivían como hombres de guerra, resultaba un poco afeminado este joven, vestido a todas horas de seda y terciopelo, lo mismo que una dama, luciendo armas de oro y piedras preciosas semejantes a joyas, esparciendo al andar perfumes orientales, seguido en su entrada triunfal de servidores que arrojaban puñados de monedas a la muchedumbre. Todos sus corceles llevaban herraduras de plata, sostenidas apenas por un clavo del mismo metal para que se soltasen y las recogiese la plebe. ...

En la línea 1363
del libro A los pies de Vénus
del afamado autor Vicente Blasco Ibáñez
... Rodrigó de Borla era un enamorado hasta su vejez, dejándose guiar por las mujeres. César las poseía más por ansia de dominación que por verdadero amor, sin obedecerles nunca, manteniéndolas sólo para placeres, y mostrando a continuación cierto desprecio por ellas, semejante al de los orientales poseedores de un gran harén. ...

En la línea 1739
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Amigo Ned, para el poeta, la perla es una lágrima del mar; para los orientales, es una gota de rocío solidificada; para las damas, es una joya de forma oblonga, de brillo hialino, de una materia nacarada, que ellas llevan en los dedos, en el cuello o en las orejas; para el químico, es una mezcla de fosfato y de carbonato cálcico con un poco de gelatina, y, por último, para el naturalista, es una simple secreción enfermiza del órgano que produce el nácar en algunos bivalvos. ...

En la línea 1917
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... El Nautilus se aproximó luego a las orillas africanas, donde la profundidad del mar es más considerable. Allí, entre dos aguas de una limpidez cristalina, pudimos ver, por nuestros cristales, admirables «matorrales» de brillantes corales y vastos muros rocosos revestidos de un espléndido tapiz verde de algas y de fucos. ¡Qué indescriptible espectáculo y qué variedad de paisajes en las rasaduras de esas rocas y de esas islas volcánicas que confinan con las costas libias! Pero fue en las orillas orientales, a las que no tardó en llegar el Nautilus, donde las arborescencias aparecieron en toda su belleza, en las costas del Tehama, pues allí esas exhibiciones de zoófitos no solamente florecían bajo el mar, sino que formaban también pintorescos entrelazamientos que se desarrollaban a diez brazas por encima, más caprichosos pero menos coloreados que aquéllos cuyo frescor era mantenido por la húmeda vitalidad de las aguas. ...


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Más información sobre la palabra Orientales en internet

Orientales en la RAE.
Orientales en Word Reference.
Orientales en la wikipedia.
Sinonimos de Orientales.

Errores Ortográficos típicos con la palabra Orientales

Cómo se escribe orientales o horientales?
Cómo se escribe orientales o orrientales?
Cómo se escribe orientales o orientalez?

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