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La palabra tendremoz
Cómo se escribe

Comó se escribe tendremoz o tendremos?

Cual es errónea Tendremos o Tendremoz?

La palabra correcta es Tendremos. Sin Embargo Tendremoz se trata de un error ortográfico.

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Más información sobre la palabra Tendremos en internet

Tendremos en la RAE.
Tendremos en Word Reference.
Tendremos en la wikipedia.
Sinonimos de Tendremos.


la Ortografía es divertida

Algunas Frases de libros en las que aparece tendremos

La palabra tendremos puede ser considerada correcta por su aparición en estas obras maestras de la literatura.
En la línea 690
del libro La Bodega
del afamado autor Vicente Blasco Ibañez
... --Ese buen señor es una excelente persona, pero está algo chiflao. Por poco me pone en revolución toda la gañanía. «Que si esto va mal; que si los pobres necesitan vivir», y ecétera. No, esto no está muy bien arreglao que digamos, pero lo que importa en el mundo es quererse y tener ganas de trabajar. Cuando nos najemos al cortijo no tendremos más que las tres pesetas, el pan y lo que caiga. El oficio de aperador no da pa mucho. Pero ya verás qué ricamente lo pasamos a pesar de cuanto dice en sus sermones y soflamas el señor de Salvatierra... Pero que no sepa el padrino lo que yo digo de su camará, pues tocarle a don Fernando es peor que si yo te fartase a ti, pongo por caso. ...

En la línea 2680
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Sí duque, sé que vos sois muy indulgente con la reina, dema siado indulgente quizá, y os prevengo que luego tendremos que ha blar de esto. ...

En la línea 3385
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Así tendremos un caballo de recambio - dijo Athos. ...

En la línea 5380
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... -Llegados a Paris, tendremos todavía cuatrocientas -dijo Porthos-, además de los arneses. ...

En la línea 6198
del libro Los tres mosqueteros
del afamado autor Alejandro Dumas
... Sí, aún tendremos días felices. ...

En la línea 3329
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... «Si su caballo de usted no se tranquiliza, caballero, tendremos que pegarle un tiro—dijo una voz con acento andaluz—; descompone toda la comitiva.» «Sería una lástima, sargento—repliqué—, porque es cordobés por los cuatro costados; no está hecho a los caminos de este país bárbaro.» «¡Oh! ¿Es de Córdoba?—dijo la voz—, _vaya_, no lo sabía; yo también soy cordobés. ...

En la línea 3353
del libro La Biblia en España
del afamado autor Tomás Borrow y Manuel Azaña
... ¿Cuántas habitaciones necesita su merced para su familia? —Con una tendremos bastante—contestó el forastero. ...

En la línea 1403
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... Si vuestra merced, señor caballero, lleva alguna cosa con que socorrer a estos pobretes, Dios se lo pagará en el cielo, y nosotros tendremos en la tierra cuidado de rogar a Dios en nuestras oraciones por la vida y salud de vuestra merced, que sea tan larga y tan buena como su buena presencia merece. ...

En la línea 4072
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... ¡Por cierto, que sería gentil cosa casar a nuestra María con un condazo, o con caballerote que, cuando se le antojase, la pusiese como nueva, llamándola de villana, hija del destripaterrones y de la pelarruecas! ¡No en mis días, marido! ¡Para eso, por cierto, he criado yo a mi hija! Traed vos dineros, Sancho, y el casarla dejadlo a mi cargo; que ahí está Lope Tocho, el hijo de Juan Tocho, mozo rollizo y sano, y que le conocemos, y sé que no mira de mal ojo a la mochacha; y con éste, que es nuestro igual, estará bien casada, y le tendremos siempre a nuestros ojos, y seremos todos unos, padres y hijos, nietos y yernos, y andará la paz y la bendición de Dios entre todos nosotros; y no casármela vos ahora en esas cortes y en esos palacios grandes, adonde ni a ella la entiendan, ni ella se entienda. ...

En la línea 6945
del libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
del afamado autor Miguel de Cervantes Saavedra
... -No es menester tanto -respondió Sancho-, que con un par de pollos que nos asen tendremos lo suficiente, porque mi señor es delicado y come poco, y yo no soy tragantón en demasía. ...

En la línea 436
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... por el istmo de Panamá, sino por la parte meridional de México5, por bajo del grado 20 de latitud, donde la gran meseta presenta un obstáculo para la emigración de las especies, modificando el clima y formando (con excepción de algunos valles y de una zona de tierras bajas en la costa) una barrera casi infranqueable, tendremos las dos provincias zoológicas de América que tan vivamente contrastan una con otra. Sólo algunas especies han pasado esa barrera y pueden considerarse como emigrantes del Sur, tales como el puma, el opossum, el kinkaju y el pecarí. La América meridional posee varios roedores particularmente, una familia de monos, el lama, el pecarí, el tapir, el opossum y, sobre todo, varios géneros de desdentados, orden que comprende a los perezosos, los hormigueros y los armadillos. ...

En la línea 1548
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... Despierto a media noche y noto que el cielo se ha cubierto por completo de nubes; despierto al arriero para saber si tendremos que temer que nos sorprenda el mal tiempo, y me dice que no hay peligro de nevada, porque éstas se anuncian siempre con truenos y relámpagos. cualquier modo, el peligro es muy grande y muy difícil de sustraerse a él, cuando sorprende al viajero el mal tiempo en esta región situada en las dos cadenas principales. único refugio es una caverna que hay allí. ...

En la línea 3108
del libro Viaje de un naturalista alrededor del mundo
del afamado autor Charles Darwin
... ... vístanse esas rocas de colores espléndidos, como en Chile septentrional, y tendremos una escena fantástica; pero cúbrase de vegetación, y nos dará un cuadro admirable. ...

En la línea 12131
del libro La Regenta
del afamado autor Leopoldo Alas «Clarín»
... tendremos que ir a ese baile dichoso. ...

En la línea 2519
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... «Tendré que ir yo… ¡Ay, qué mujer!… ¡qué guerra nos da!—dijo la Superiora… —. ¿Dónde está Sor Marcela? Que traiga la llave de la perrera. Hoy tendremos chínchirri-máncharras… Está más tocada que nunca. Dios nos dé paciencia. ...

En la línea 3197
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... —Usted hará lo que yo le mande, y tendremos credencial. ...

En la línea 3378
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... Juan entró. La salida de aquel señor le produjo en un instante dos sentimientos distintos que se sucedieron con brevedad. El primero fue algo de enojo, el segundo satisfacción de que el acaso le proporcionase un buen apoyo para el rompimiento que deseaba… «Me parece que yo conozco a este señor tan terne. Le he visto, le he visto en alguna parte—pensaba entrando hacia la sala—. ¡Si tendremos gatuperio… ! Estaría bueno. Pero más vale así». ...

En la línea 4434
del libro Fortunata y Jacinta
del afamado autor Benito Pérez Galdós
... En tal situación siente vivos impulsos de salir a la calle; se levanta, se viste, pero no está segura de haberse quitado la venda. Sale, se dirige a la calle de la Magdalena, y se para ante el escaparate de la tienda de tubos, obedeciendo a esa rutina del instinto por la cual, cuando tenemos un encuentro feliz en determinado sitio, volvemos al propio sitio creyendo que lo tendremos por segunda vez. ¡Cuánto tubo!, llaves de bronce, grifos, y multitud de cosas para llevar y traer el agua… Detiénese allí mediano rato viendo y esperando. Después sigue hacia la plaza del Progreso. En la calle de Barrionuevo, se detiene en la puerta de una tienda donde hay piezas de tela desenvueltas y colgadas haciendo ondas. Fortunata las examina, y coge algunas telas entre los dedos para apreciarlas por el tacto. «¡Qué bonita es esta cretona!». Dentro hay un enano, un monstruo, vestido con balandrán rojo y turbante, alimaña de transición que se ha quedado a la mitad del camino darwinista por donde los orangutanes vinieron a ser hombres. Aquel adefesio hace allí mil extravagancias para atraer a la gente, y en la calle se apelmazaban los chiquillos para verle y reírse de él. Fortunata sigue y pasa junto a la taberna en cuya puerta está la gran parrilla de asar chuletas, y debajo el enorme hogar lleno de fuego. La tal taberna tiene para ella recuerdos que le sacan tiras del corazón… Entra por la Concepción Jerónima; sube después por el callejón del Verdugo a la plaza de Provincia; ve los puestos de flores, y allí duda si tirar hacia Pontejos, a donde la empuja su pícara idea, o correrse hacia la calle de Toledo. Opta por esta última dirección, sin saber por qué. Déjase ir por la calle Imperial, y se detiene frente al portal del Fiel Contraste a oír un pianito que está tocando una música muy preciosa. Éntranle ganas de bailar, y quizás baila algo: no está segura de ello. Ocurre entonces una de estas obstrucciones que tan frecuentes son en las calles de Madrid. Sube un carromato de siete mulas ensartadas formando rosario. La delantera se insubordina metiéndose en la acera, y las otras toman aquello por pretexto para no tirar más. El vehículo, cargado de pellejos de aceite, con un perro atado al eje, la sartén de las migas colgando por detrás, se planta, a punto que llega por detrás el carro de la carne con los cuartos de vaca chorreando sangre, y ambos carreteros empiezan a echar por aquellas bocas las finuras de costumbre. No hay medio de abrir paso, porque el rosario de mulas hace una curva, y dentro de ella es cogido un simón que baja con dos señoras. Éramos pocos… A poco llega un coche de lujo con un caballero muy gordo. Que si pasas tú, que si te apartas, que sí y que no. El carretero de la carne pone a Dios de vuelta y media. Palo a las mulas, que empiezan a respingar, y una de estas coces coge la portezuela del simón y la deshace… Gritos, leña, y el carromatero empeñado en que la cosa se arregla poniendo a Dios, a la Virgen, a la hostia y al Espíritu Santo que no hay por dónde cogerlos. ...

En la línea 1550
del libro Sandokán: Los tigres de Mompracem
del afamado autor Emilio Salgàri
... —Por ahora no quieren nada con nosotros —contestó Sandokán-. Pero después tendremos que hacer frente al vencedor. ...

En la línea 1209
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Amigo Ned -respondí-, yo tengo más confianza que usted en el Nautilus. De todos modos, dentro de cuatro días sabremos a qué atenernos sobre las mareas del Pacífico. En cuanto a su consejo de darnos a la fuga, me parecería oportuno si nos halláramos a la vista de las costas de Inglaterra o de la Provenza, pero en estos parajes de la Papuasia la costa es muy diferente. No obstante, siempre tendremos ocasión de recurrir a esta extremidad si el Nautilus no consigue salir a flote, lo que, para mí, sería muy grave. ...

En la línea 1785
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Ned Land tiene razón -dije-, y si volvemos alguna vez a Europa o a América con una perla millonaria, tendremos algo que dará una gran autenticidad y al mismo tiempo un alto precio al relato de nuestras aventuras. ...

En la línea 2134
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Sin embargo, quiero hacer una observación, una sola. Es menester que la ocasión sea seria. Es preciso que nuestra primera tentativa de evasión tenga éxito, pues si se aborta, no tendremos la oportunidad de hallar una segunda ocasión, y el capitán Nemo no nos perdonará. ...

En la línea 2672
del libro Veinte mil leguas de viaje submarino
del afamado autor Julio Verne
... -Pues ya puede usted ir renunciando a esa idea, señor profesor. Ha llegado usted ante la gran banca, lo que ya está bien, y no irá usted más lejos, como tampoco su capitán Nemo ni su Nautilus. Quiéralo él o no, tendremos que regresar hacia el Norte, es decir, a donde vive la gente normal. ...

En la línea 1536
del libro Grandes Esperanzas
del afamado autor Charles Dickens
... Me llevó a un rincón y me hizo subir un tramo de escalera que, según me pareció, iba muriendo lentamente al convertirse en serrín, de manera que, muy poco después, los huéspedes de los pisos altos saldrían a las puertas de sus habitaciones observando que ya no tenían medios de bajar a la calle, y así llegamos a una serie de habitaciones situadas en el último piso. En la puerta había un letrero pintado, que decía: «SEÑOR POCKET, HIJO», y en la ranura del buzón estaba colgada una etiqueta en la que se leía: «Volverá en breve». - Seguramente no se figuraba que usted vendría tan pronto - explicó el señor Wemmick -. ¿Me necesita todavía? - No; muchas gracias - le dije. - Como soy encargado de la caja - observó el señor Wemmick -, tendremos frecuentes ocasiones de vernos. Buenos días. -Buenos días. Tendí la mano, y el señor Wemmick la miró, al principio, como figurándose que necesitaba algo. Luego me miró y, corrigiéndose, dijo: - ¡Claro! Sí, señor. ¿Tiene usted la costumbre de dar la mano? Yo me quedé algo confuso, creyendo que aquello ya no sería moda en Londres, y le contesté afirmativamente. - Yo he perdido ya la costumbre de tal manera… - dijo el señor Wemmick-, exceptuando cuando me despido en definitiva de alguien. Celebro mucho haberle conocido. Buenos días. ...

En la línea 604
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Qué le vamos a hacer! ‑exclamó el joven‑. Nos tendremos que ir por donde hemos venido. ¡Y yo que creía que saldría de aquí con dinero! ...

En la línea 605
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¡Claro que nos tendremos que marchar! Pero ¿por qué me citó? Ella misma me dijo que viniera a esta hora. ¡Con la caminata que me he dado para venir de mi casa aquí! ¿Dónde diablo estará? No lo comprendo. Esta bruja decrépita no se mueve nunca de casa, porque apenas puede andar. ¡Y, de pronto, se le ocurre marcharse a dar un paseo! ...

En la línea 1868
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑De ningún modo deben ustedes ir a ver a la patrona ‑exclamó Rasumikhine dirigiéndose a Pulqueria Alejandrovna‑. Lo que usted pretende es un disparate. Por muy madre de él que usted sea, lo exasperaría quedándose aquí, y sabe Dios las consecuencias que eso podría tener. Escuchen; he aquí lo que he pensado hacer: Nastasia se quedará con él un momento, mientras yo las llevo a ustedes a su casa, pues dos mujeres no pueden atravesar solas las calles de Petersburgo… En seguida, en una carrera, volveré aquí, y un cuarto de hora después les doy mi palabra de honor más sagrada de que iré a informarlas de cómo va la cosa, de si duerme, de cómo está, etcétera… Luego, óiganme bien, iré en un abrir y cerrar de ojos de la casa de ustedes a la mía, donde he dejado algunos invitados, todos borrachos, por cierto. Entonces cojo a Zosimof, que es el doctor que asiste a Rodia y que ahora está en mi casa… Pero él no está bebido. Nunca está bebido. Lo traeré a ver a Rodia, y de aquí lo llevaré inmediatamente a casa de ustedes. Así, ustedes recibirán noticias dos veces en el espacio de una hora: primero noticias mías y después noticias del doctor en persona. ¡Del doctor! ¿Qué más pueden pedir? Si la cosa va mal, yo les juro que voy a buscarlas y las traigo aquí; si la cosa va bien, ustedes se acuestan y ¡a dormir se ha dicho… ! Yo pasaré la noche aquí, en el vestíbulo. Él no se enterará. Y haré que Zosimof se quede a dormir en casa de la patrona: así lo tendremos a mano… Porque, díganme: ¿a quién necesita más Rodia en estos momentos: a ustedes o al doctor? No cabe duda de que el doctor es más útil para él, mucho más útil… Por lo tanto, vuélvanse a casa. Además, ustedes no pueden quedarse en el piso de la patrona. Yo puedo, pero ustedes no: ella no lo querrá, porque… porque es una necia. Tendría celos de Avdotia Romanovna, celos a causa de mi persona, ya lo saben. Y, a lo mejor, también tendría celos de usted, Pulqueria Alejandrovna. Pero de su hija no me cabe la menor duda de que los tendría. Es una mujer muy rara… Bien es verdad que también yo soy un estúpido… ¡Pero no me importa… ! Bueno, vamos. Porque me creen, ¿verdad? Díganme: ¿me creen o no me creen? ...

En la línea 2920
del libro Crimen y castigo
del afamado autor Fyodor Mikhailovich Dostoyevsky
... ‑¿Por qué despreciar un buen negocio ‑exclamó Rasumikhine con creciente entusiasmo‑, teniendo el elemento principal para ponerlo en práctica, es decir, el dinero? Sin duda tendremos que trabajar de firme, pero trabajaremos. Trabajará usted Avdotia Romanovna; trabajará su hermano y trabajaré yo. Hay libros que pueden producir buenas ganancias. Nosotros tenemos la ventaja de que sabemos lo que se debe traducir. Seremos traductores, editores y aprendices a la vez. Yo puedo ser útil a la sociedad porque tengo experiencia en cuestiones de libros. Hace dos años que ruedo por las editoriales, y conozco lo esencial del negocio. No es nada del otro mundo, créanme. ¿Por qué no aprovechar esta ocasión? Yo podría indicar a los editores dos o tres libros extranjeros que producirían cien rublos cada uno, y sé de otro cuyo título no daría por menos de quinientos rublos. A lo mejor aún vacilarían esos imbéciles. Respecto a la parte administrativa del negocio (papel, impresión, venta… ), déjenla en mi mano, pues es cosa que conozco bien. Empezaremos por poco e iremos ampliando el negocio gradualmente. Desde luego, ganaremos lo suficiente para vivir. ...

En la línea 1464
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... -Imposible. El torrente viene crecido por las lluvias. Es un raudal y tendremos que dar un rodeo de diez millas al Norte para hallar un vado. ...

En la línea 1952
del libro Julio Verne
del afamado autor La vuelta al mundo en 80 días
... -Es evidente- respondió Gualterio Ralph-, y mañana no tendremos más que presentar en casa de Baring Hermanos el cheque de mister Fogg. ...


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Te vas a reir con las pifia que hemos hemos encontrado cambiando las letras s;z

Reglas relacionadas con los errores de s;z

Las Reglas Ortográficas de la S

Se escribe s al final de las palabras llanas.
Ejemplos: telas, andamos, penas
Excepciones: alférez, cáliz, lápiz

Se escriben con s los vocablos compuestos y derivados de otros que también se escriben con esta letra.
Ejemplos: pesar / pesado, sensible / insensibilidad

Se escribe con s las terminaciones -esa, -isa que signifiquen dignidades u oficios de mujeres.
Ejemplos: princesa, poetisa

Se escriben con s los adjetivos que terminan en -aso, -eso, -oso, -uso.
Ejemplos: escaso, travieso, perezoso, difuso

Se escribe con s las terminaciones -ísimo, -ísima.
Ejemplos: altísimo, grandísima

Se escribe con s la terminación -sión cuando corresponde a una palabra que lleva esa letra, o cuando otra palabra derivada lleva -sor, -sivo, -sible,-eso.
Ejemplos: compresor, compresión, expreso, expresivo, expresión.

Se escribe s en la terminación de algunos adjetivos gentilicios singulares.
Ejemplos: inglés, portugués, francés, danés, irlandés.

Se escriben s con las sílabas iniciales des-, dis-.
Ejemplos: desinterés, discriminación.

Se escribe s en las terminaciones -esto, -esta.
Ejemplos: detesto, orquesta.

Las Reglas Ortográficas de la Z

Se escribe z y no c delante de a, o y u.

Se escriben con z las terminaciones -azo, -aza.

Ejemplos: pedazo, terraza

Se escriben con z los sustantivos derivados que terminan en las voces: -anza, -eza, -ez.

Ejemplos: esperanza, grandeza, honradez

La X y la S

Errores Ortográficos típicos con la palabra Tendremos

Cómo se escribe tendremos o tendrremos?
Cómo se escribe tendremos o tendremoz?

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